14 de julio de 2025.
Autor: Daniel López StefoniEn una de sus ediciones de este mes en el University World News, Patrick Blessinger presidente de la Asociación Internacional de Enseñanza y Aprendizaje de la Educación Superior de Estados Unidos ha planteado que para el año 2030 las universidades deben lograr “convertirse en centros de aprendizaje hiperconectados que sean sensibles a las responsabilidades globales de la humanidad o correrán el riesgo de volverse irrelevantes, desplazadas por opciones de aprendizajes más flexibles”. Se trata, ni más ni menos, que “repensar lo que deberían ser y convertirse las universidades”.
Los puntos en los cuales se sustentan estas conclusiones tienen que ver, en primer lugar, con que estas instituciones ya no son las únicas propietarias de un conocimiento que tiende a ser progresivamente interdisciplinario y además con que el aprendizaje es ahora una práctica continua. Ambas situaciones exigen tanto procesos innovadores como otras formas de vinculación con los stakeholders tradicionales. Como consecuencia, es necesario más apertura y flexibilidad y un rol más activo de los estudiantes. Luego declara el paso del aprendizaje transaccional al aprendizaje transformacional, lo cual significa que el aprendizaje en la educación superior trasciende su mera utilidad económica otorgando protagonismo a la equidad, la innovación y al impacto social. Es necesario también que la creatividad esté a disposición de todos, generando la necesidad no solo cambios formativos sino también de la relación con la investigación científico- tecnológica, es decir en las dos tareas tradicionales de las universidades. Por último, se llama la atención sobre la ética de la innovación, el uso de la tecnología y como se articula el aprendizaje con los requerimientos de la sociedad del futuro asegurando una mayor cobertura y pertinencia.
Existen muchas evidencias que dan cuenta de este desafío y llama la atención el corto tiempo disponible para lograr cambios. La urgencia de las contingencias en nuestras universidades no puede hacer que no estemos preparados para enfrentar aquellas cuestiones de fondo que serán problemas mayores a la vuelta de la esquina.