11 de marzo de 2025.
Autor: Daniel López StefoniLa Real Academia Europea de Doctores (RAED) publica, anualmente, lo que denominan los principales retos para la nueva era. Entre otros se identifican para el año 2024 en las áreas de: geoestrategia; democracia y marcos jurídicos; relaciones entre ciencia y empresa; innovaciones en salud; alimentación segura; impactos de la investigación; religión; y calidad y futuro de la Educación. Se trata de poner ideas, conocimientos y perspectivas para la reflexión y el debate de los problemas más apremiantes de la sociedad actual.
Desde las universidades los retos tienen que ver con su Ser y Hacer. Es decir, con la concepción misma de la Universidad moderna. En el Ser de la Universidad, se requiere alcanzar el posicionamiento social como institución, mediante el predominio de la razón sobre la insensatez, del conocimiento sobre la ignorancia y de la jerarquía intelectual sobre la mediocridad. Ello ha sido reemplazado y parcialmente perdido por razones políticas y económicas. En el Hacer de la Universidad, el reto es lograr la pertinencia de la educación superior respecto de los requerimientos sociales, así como el compromiso con la empleabilidad y futuro laboral de los estudiantes. Otra vez, circunstancias alejadas de lo académico, han omitido de la práctica este desafío inherente al sentido de cualquier Universidad.
Estos retos están en el centro de lo que algunos analistas han denominado la “crisis universitaria”. Sus consecuencias son todas complejas e incluso surgen voces de que se trata de una institución “prescindible” la cual ya está siendo reemplazada en sus tareas de generar y transmitir conocimientos. Es posible que para muchos estas sean solo falsas alarmas. Sin embargo, no es prudente esperar el desenlace, sino que conviene, al menos, estar alertas para detectar las señales y sus consecuencias.